domingo, 20 de diciembre de 2020

Misterios dolorosos de la vida de Jesús, María y San José

(San José en la Mística ciudad de Dios. Venerable Sor María de Jesús de Agreda).

 


 ROSARIO DE LA SAGRADA FAMILIA DE  JESÚS, MARÍA Y SAN JOSÉ 

 

MISTERIOS DOLOROSOS

 

1°MISTERIO:

La muerte de San José:

 

“…El dulcísimo Jesús  se acercó a él y le recibió en sus brazos, y estando reclinada la cabeza en ellos, dijo: Señor mío y Dios Altísimo, Hijo del Eterno Padre, Criador y Redentor del mundo, dad vuestra santa bendición a vuestro esclavo y hechura de vuestras mano, perdonad, Rey piadosísimo las culpas que como indigno, he cometido en vuestro servicio y compañía. Yo os confieso, engrandezco y con rendido corazón, os doy eternamente gracias porque entre los hombres, me eligió vuestra dignación, para esposo de vuestra verdadera Madre, vuestra grandeza y Gloria misma sean mi agradecimiento por todas las eternidades. El Redentor del mundo, le dio la bendición y le dijo : Padre mío, descansad en Paz y en la Gracia de mi Padre Celestial y mía y a mis profetas y santos, que os esperan en el Limbo, daréis Alegres Nuevas de que se llega ya su redención…En estas palabras de mismo Jesús y en sus brazos expiró el Santo y Felicísimo José, y su Majestad le cerró los ojos y al mismo tiempo la multitud de los ángeles, que asistían con su rey Supremo y Reina, hicieron dulces cánticos de alabanza, en voces celestiales y sonoras         

 

 (San José en la Mística ciudad de Dios. Venerable Sor María de Jesús de Agreda. ).

 

Ofrecimiento:

Padre, te damos gracias por haber elegido a San José para tan sublime misión, y por tenerlo ahora coronado de Gloria y majestad en tu Reino eterno, te suplicamos que por su intercesión, tengamos la dicha de una buena muerte, en lo dulces brazos de Jesús y de María. Amén.

 

2°MISTERIO:

La despedida de Jesús y María para iniciar su Dolorosa Pasión:

 

Jesús y María siempre inseparables por estar unidos en el FIAT Divino, se ven en la tarde del Jueves santo en la dura prueba de la separación, pero todo lo aceptan con amor por nuestra salvación, Jesús antes de dar inicio a su pasión , va con su Madre a pedirle su bendición. En este acto Jesús nos enseña la obediencia, no solamente exterior, sino especialmente la interior que se necesita para corresponder a las inspiraciones de la Gracia. Antes de hacer cualquier cosa pidamos la bendición de Dios, para hacer que todas nuestras acciones tengan el toque de la  Divinidad y atraigan sobre nosotros y sobre todas las criaturas las bendiciones del cielo.

(Las Horas de la Pasión de Ntro. Señor Jesucristo, Luisa Piccarreta).

 

Ofrecimiento:

Bendito Jesús, por esta amarga separación, te pedimos que tengan nuestros corazones,  familias y comunidades en medio de sus dos corazones amantes. Amén.

 

 

3°MISTERIO:

La Agonía de Jesús en el huerto de los olivos:

 

“Después de esto Jesús salió y se fue, como era su costumbre, al monte de los olivos, y lo siguieron también sus discípulos. Llegados al lugar, les dijo: “oren para que no caigan en tentación. “Después se alejó de ellos como a la distancia de un tiro de piedra, y doblando las rodillas oraba con estas palabras: “Padre, si te es posible, aparta de mí este cáliz, pero que no se haga mi voluntad sino la tuya”. (Entonces se le apareció un ángel del cielo para animarlo. Entró en agonía y oraba con mayor insistencia. Su sudor se convirtió en gotas de sangre que caían hasta el suelo.) …. (Lc.22, 39-44).

 

Todo lo que Jesús sufre en su cuerpo Santísimo el viernes santo a mano de los hombres, es la representación externa de todo lo que sufre en su alma santísima especialmente en esta agonía, donde se presentan ante El todos los males de todos los tiempos, así como el dolor más desgarrador para El, que es la perdición delas almas y los pecados de los consagrados, por esto aún hoy unidos a Jesús, en su Divino querer hemos de pedirle al Padre que aparte de Jesús estos tres cáliz de amargura:

 

Ofrecimiento:

Padre, te ofrecemos los infinitos sufrimientos que Cristo ha padecido por nosotros en su alma adorable, pidiéndote que le concedas todo lo que el mismo te ha pedido durante sus tres horas de dolorosa agonía, para que no se pierdan más almas y para que los sacerdotes, religiosas , Misioneros y familias seamos Santos. Amén

 

 

4°MISTERIO:

El encuentro de Jesús y María en la vía dolorosa:

 

…“Ah, Jesús mío, ahora comprendo todo, es tu Madre, que cual paloma herida te está buscando. Quiere decirte su última palabra y recibir tu última mirada; tú sientes sus penas, su corazón lacerado en el tuyo, enternecido y herido por el amor de ambos. La encuentras abriéndose paso a través del gentío queriendo a toda costa verte, abrazarte y decirte por última vez: Adiós. “Pero tu quedas aún más dolorido al ver su palidez mortal y todas tus penas reproducidas en ella por la fuerza del amor. Si Ella sigue con vida es solamente por un milagro de tu omnipotencia divina. Diriges tus pasos hacia ella, pero aduras penas pueden cruzarse la mirada. ¡Oh dolor del corazón de ambos!, los soldados se dan cuenta y a golpes y empujones impiden que Madre e  Hijo se despidan por última vez. (Horas de la pasión de Ntro. Señor Jesucristo; Luisa Piccarreta).

 

Ofrecimiento:

Amado Jesús, llévanos en este camino de aprender a vivir en tu Voluntad Divina, hasta que lleguemos a amarte con el mismo amor y corazón de tu madre Stma. Para que como ella te ofrezcamos actos perfectos de reparación y adoración. Amén.

 

 

5°MISTERIO:

La crucifixión, muerte y sepultura de Jesús:

 

Meditemos en los dolores del corazón Inmaculado de María al contemplar cómo es crucificado su Hijo Divino al que ha amado más que todas las madres, como es traspasado, como agoniza durante tres largas horas mientras nada en un mar de dolor, como entre tantos sufrimientos sigue amando a los hombres y estos lo siguen ofendiendo e insultando, y finalmente como muere, y es luego dejado en sus brazos aquel Hijo –Dios que Ella nos entregó vivo y hermoso en Belén, y que nosotros ahora le devolvemos destrozado y muerto, y hasta su cuerpo en el cual aunque muerto podía desahogar su amor y dolor , también le es quitado para ser sepultado; no ha habido dolores semejantes que estos, además meditemos en  San José contemplando desde el silencio de la eternidad este espectáculo de amor y de dolor que deja estupefacto a todo el cielo.

 

Ofrecimiento:

 Padre, te ofrecemos estos dolores indescriptibles de los Sagrados Corazones en reparación de todos nuestros pecados y los de nuestras familias y pidiéndote que una redención tan abundante no sea inútil para ninguno de nosotros. Amén.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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